Grillitos de Putucual: Un arte dancistico que germina desde hace 24 años

Puerto La Cruz / Anzoátegui.- “Si hubiese visto lo que hago como un trabajo, quizá ya me hubiese hastiado, pero la labor que realizo cada día con los Grillitos de Putucual me llena de satisfacciones, placer que heredó mi hija y ella se lo transmitió a mis nietos. Ambas generaciones crecieron bajo el ala del arte que te hace bailar, se investiga, produce y presenta en los pasillos de mi hogar. Es un orgullo haber ayudado a crear y conservar esta agrupación de formación y promoción artística”.

Con voz firme y ojos henchidos de orgullos Flor Córcega relata el orgullo que siente cada vez que sus “Grillos”, ataviados con trajes populares de diversas partes del país -según sea el caso-, se montan en un escenario y a fuerza de talento y muchísimas horas de ensayo demuestran lo rica y variada que es la tradición sonico-cadenciosa de Venezuela.

“Ese es nuestro norte, que los espectadores no sólo recompensen con su aplauso el esfuerzo de padres, representantes y coreógrafos, sino que conozcan más a fondo las maravillas artísticas del país, acercarlos a un número de tambores mirandinos, joropo llanero, zaragoza larense o giros de San Benito, sin tener que moverse de su asiento”, añadió Córcega, directora de las danzas Grillitos de Putucual.

Una causa: el baile

Durante 24 años la casa número 52 de la calle Principal del sector La Vivienda de Putucual, en la zona rural del municipio Juan Antonio Sotillo, ha visto germinar el talento en los pasillos y patios del hogar de la familia Córcega, quienes junto con un grupo de profesionales entregan de forma gratuita conocimientos y técnicas que les sirven para impulsar el arte.

“Comenzamos este proyecto con 25 niños”, recordó Córcega, “En esos tiempos fuimos unos verdaderos privilegiados, pues realizábamos cursos de mejoramiento profesional de la mano de gigantes de la cultura en Venezuela, quienes se instalaban durante días en Putucual para intercambiar experiencias”.

Entre estos baluartes de la herencia nacional figuran nombres como el de “La Sirena de Cumaná”: María Rodríguez, el grupo Madera, Un Solo Pueblo, las Danzas Negras de Barlovento o especialistas de la talla de Francisco Tirado, quien ha dedicado su vida a la investigación de la danza folclórica criolla.

En la actualidad son 53 los niños y jóvenes que asisten al menos tres veces a la semana, a los talleres permanentes de danza que se dan en esta localidad, que durante los meses de lluvia deja escuchar el canto de los grillos entre la espesura, hecho natural que explica el nombre de la fundación sin fines de lucro.

“En nuestra agrupación se forman niños desde los siete hasta los 22 años de edad, muchos de ellos se han convertido en bailarines profesionales y se han ido a multiplicar lo que ya saben en otras agrupaciones dancísticas. Otros se han quedado acá y nos han ayudado a formar a la generación de relevo que cada día se junta en mi casa para aprender”.

– Qué es lo más hermoso de pertenecer a un proyecto social como el de los Grillitos de Putucual?

-Creo que lo más bello es saber que durante gran parte de tu vida contribuiste a cambiar la vida de muchos jóvenes. Algunos no siguieron bailando porque las prioridades cambiaron, pero me gusta pensar que quienes son “grillos” por lo menos tres años, cambian la forma de ver la vida, se vuelven seres responsables y útiles a la sociedad. No hay nada mejor que eso.

Modesto inicio…

En 1983 Flor Córcega, acompañada por un grupo de vecinos de la recién creada comunidad de Putucual, en la zona rural del municipio Juan Antonio Sotillo, notó que los niños de la escuela (cerca de 60) luego de salir de clases no tenían nada mejor que hacer, más que cazar pajarillos silvestres o bañarse en el río. Por ello decidieron reunirse para fundar la agrupación Danzas Campesinas, una organización dedicada al fomento del baile, que se completó con la realización de talleres de actuación para niños. Este proyecto creció para convertirse en los Grillitos de Putucual.

MARTÍN CARBONELL SALAS